Seis frascos con barniz de uñas y tres cajas con medicina para diabéticos comparten espacio en la mesita de madera de Martha Fajardo.
Alrededor de estos dos productos gira su economía. Con los USD 3 que gana por cada arreglo de uñas costea los remedios para el tratamiento de su enfermedad.
Detectaron su diabetes en abril del 2009, tres meses antes de que perdiera el trabajo como empleada doméstica, puertas adentro. Como no gozaba de beneficios del Seguro Social, luego de siete años de barrer, lavar, cocinar y arreglar una casa, pidió afiliación o, por lo menos, más sueldo.
No ocurrió. En cambio, recibió malos tratos hasta que fue despedida. “Me acusaron de robar comida. Era falso”. La decepción se nota en cada palabra.
Martha, de 60 años, de contextura gruesa y cabello corto ensortijado, encontró luego otro hogar para trabajar, pero duró poco. Hace tres meses fue despedida, justo cuando el Gobierno difundía la campaña Trabajo Doméstico Digno, para respetar los derechos laborales de este sector.
La campaña oficial, entre el 1 y el 30 de junio, sirvió para que en Guayas, 2 000 empleadas domésticas sean afiliadas al IESS. Martha reactivó su denuncia por el primer despido intempestivo. El trámite lo hizo hace un año y el 12 de este mes ella y su ex patrono irán a la tercera audiencia.
El caso de Martha no es el único. Maximina Salazar, presidenta de la Asociación de Trabajadoras Domésticas del Guayas, dijo que el incremento de estos casos llega a un 50tanto por ciento. Solo en junio, cuando brigadas de inspectores de Trabajo visitaron diversos hogares, el gremio recibió a 100 domésticas en busca de asesoría legal, antes de denunciar a sus patronos.
Guillermina Ortiz lo hizo. Luego de cuatro años de trabajo fue liquidada con USD 1 000. “Los señores de la casa dijeron que solo me correspondía la mitad, pero el resto era para compensar mi falta de afiliación al IESS”, indicó.
Ella cree que le corresponde más.
El jueves fue a la Subsecretaría de Trabajo, en la av. Olmedo y Malecón, a presentar su queja. Al lugar acuden quienes no han sido despedidas, pero quieren reclamar el salario básico de USD 240 y la afiliación al Seguro Social.
Lorena, quien omite su apellido, acudió el mismo día para informarse.
Le explicó a un funcionario que gana USD 160 por una jornada de 8 horas, desde hace dos años. Luego de conocer el paso a paso del proceso, se retiró. Dijo que teme perder su trabajo si denuncia el caso y le preocupa que el trámite tarde mucho.
Eso lo sabe Teresa Rosero, quien inició hace tres años una demanda por despido sin liquidación, tras 13 años de trabajo. El 13 de este mes tendrá la tercera audiencia. Espera que su antiguo jefe comparezca. La Subsecretaría no tiene estadísticas sobre las denuncias por despido.
Martha Trejo, coordinadora del programa Trabajo Doméstico Digno, dijo que una vez presentada la denuncia se convoca a las partes a una audiencia. Si una no comparece se solicita un acta de inspección. Luego, el funcionario emite una resolución que puede llegar a multa si hay una falta.
Este proceso puede tomar más tiempo cuando el multado pide revisar el caso en una sala de lo Laboral. Martha Fajardo espera una resolución, hasta mientras sigue con la manicura y pedicura a sus vecinas del Guasmo Sur.
De eso vive ahora y del salario básico de su marido. Ella pasa en su vivienda donde la sala, el dormitorio y la cocina están separados por dos planchas de madera. Red. Guayaquil.
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